CAPÍTULO II: Herramientas de análisis para quienes defienden los derechos humanos

2.1. ¿Cuáles son los componentes del riesgo y para qué nos sirve conocerlos?

Es a los Estados y gobiernos a quienes les asiste la obligación y el deber de promover, respetar y brindar las garantías necesarias para que las organizaciones y líderes sociales puedan realizar sus actividades sin discriminaciones y ambientes hostiles que atenten contra su trabajo en la defensa de los DD.HH.

Las respuestas institucionales frente a situaciones de riesgo y amenazas que atentan contra las comunidades llegan tarde o la mayoría de las veces son nulas, situación ésta que ha llevado a que las propias organizaciones sociales gestionen medidas y mecanismos de autoprotección que les sean útiles. Algunas de estas estrategias de protección apelan a los saberes ancestrales y culturales, aspectos que contribuyen a la comprensión colectiva de los riesgos y qué hacer frente a ellos.

2.2. Diagnosticar el Riesgo

Para dicho diagnóstico, que establece una verdadera conciencia del riesgo, es necesario dotarse de un marco de análisis e interpretación, con herramientas teóricas, jurídicas y técnicas. Ya hemos abordado unos conceptos básicos y un contexto jurídico para comprender el riesgo y su impacto diferenciado según los sectores, comunidades y poblaciones que lo sufren.

La conciencia del riesgo se expresa en tres aspectos:

  1. Análisis del riesgo: Interpretación de las estructuras de violencia y amenaza que se ciernen sobre el sujeto colectivo, sus miembros y sus intereses.

  2. Seguimiento del riesgo: Suma de procedimientos de monitoreo, registro, mapeo y documentación de incidentes de seguridad, para posteriormente establecer una interlocución con la institucionalidad.

  3. Evaluación del riesgo: Determinación de los niveles de riesgo en el presente, en un espacio concreto, así como de las personas con mayor nivel de vulnerabilidad o afectación por las amenazas y la valoración de las estructuras de violencia, con su capacidad de daño.

2.2.1. Análisis y tipologías de los riesgos

La tipología de los riesgos tiene un desarrollo importante por parte de la Corte Constitucional. En varias sentencias (T-719 de 2003, T-976 de 2004, T-339 de 2010), la Corte ha establecido y reiterado una escala de riesgos, que se compone de los siguientes cinco niveles:

RIESGÓMETRO

RIESGO MÍNIMO

Ocupa este nivel quien vive en condiciones tales que los riesgos a los que se enfrenta son únicamente los de muerte y enfermedad naturales. Nadie se ubica únicamente en este nivel porque todas las personas están insertas en un contexto social determinado.

RIESGO ORDINARIO

A diferencia de los riesgos mínimos, que son de índole individual y biológica, los riesgos ordinarios son los que deben tolerar las personas por su pertenencia a una determinada sociedad. Pueden provenir de factores externos a la persona o de la persona misma.

RIESGO EXTRAORDINARIO

Este es el nivel que las personas no están jurídicamente obligadas a soportar, por lo cual tienen derecho a recibir protección especial de las autoridades frente a ellos. El riesgo en cuestión no puede ser de una intensidad tan baja como para contarse entre los peligros ordinarios, pero tampoco puede ser de una intensidad tan alta como para constituir un riesgo extremo, es decir, una amenaza directa contra la vida e integridad personal.
Según la Corte, el riesgo extraordinario debe tener ciertas características.

RIESGO EXTREMO

Este es el nivel de los riesgos que, por su intensidad, entran bajo la órbita de protección directa de los derechos a la vida e integridad personal. Cuando los riesgos puestos en conocimiento de las autoridades reúnen todas las características señaladas –esto es, cuando son específicos, individualizables, concretos, presentes, importantes, serios, claros y discernibles, excepcionales y desproporcionados- la vida y la integridad personal estarían amenazadas.

RIESGO CONSUMADO

Este es el nivel de las violaciones a los derechos, no ya de los riesgos. En tales circunstancias, lo que procede no son medidas preventivas, sino de otro orden, en especial sancionatorias y reparatorias.




2.2.2. Análisis y tipologías de las amenazas

Existen varias expresiones de las amenazas a líderes y lideresas sociales y personas defensoras de DD.HH. Aquí enunciaremos algunas de las más frecuentes.

correo electrónico celular rumores pronunciaciones por twitter
llamadas panfleto amenazante seguimiento

2.2.3. Matriz de Riesgo: herramienta técnica para diagnosticarlo

Nuevamente se plantea la siguiente ecuación para medir el nivel de riesgo, conocida como Matriz de Riesgo:

Ingresa los valores, y luego presiona "multiplicar"
Sé realista con los valores, analiza bien tus vulnerabilidades y capacidades.

Amenazas
Vulnerabilidades
Capacidades

Nivel de riesgo :

Amenaza: Factor de peligro que implica la posibilidad de sufrir daño o cuyas manifestaciones pueden afectar a una persona o una comunidad en determinado momento y lugar. Las amenazas pueden ser de origen natural o ser generadas por la actividad humana.

Vulnerabilidad: Nivel de susceptibilidad de las personas a experimentar pérdidas, daños, sufrimientos o muerte, en caso de producirse un contexto o situación determinados.

Capacidad: Disponibilidad de recursos, aptitudes, conocimientos y cualidades que tienen los individuos, las comunidades y las organizaciones para anticiparse, resistir, atender y/o recuperarse de los efectos producidos por una amenaza o un hecho siniestro.

2.3. CARTOGRAFÍA CRÍTICA: LA IMPORTANCIA DE MAPEAR Y GEO-REFERENCIAR LOS RIESGOS

La cartografía social se preocupa por desarrollar una pedagogía del espacio habitado. Este cometido se realiza por medio de una construcción simbólica del territorio (entendido éste tanto por el espacio como por las relaciones que interactúan en y sobre él). Desde este punto de vista, es posible abrir perspectivas para una mejor comprensión de la realidad territorial, de cómo vivimos el territorio que habitamos y como construimos el futuro territorio que deseamos.
Desde la anterior perspectiva, el éxito de la cartografía social depende del grado de identificación y compromiso de las comunidades; para que sean los mismos pobladores quienes evalúen y reconstruyan un conocimiento integral de su territorio, abriendo las posibilidades para acordar una mejor manera de diálogo entre ellos y con las poblaciones que los circundan.

La cartografía social es un proceso de investigación participativa en la medida que la comunidad es agente central del proceso de conocimiento. En este orden de ideas la comunidad aporta sus saberes y experiencias al tiempo que recibe de los demás. La participación, en este contexto, se entiende como un proceso permanente de construcción social alrededor de conocimientos, experiencias y propuestas de transformación o mitigación de situaciones de conflictos latentes o manifiestos.

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