SISTEMA DE INFORMACIÓN SOBRE AGRESIONES CONTRA DEFENSORAS Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA SIADDHH
Sobre los territorios de Colombia se ha posado una nube de incertidumbre, los anhelos de paz y los esfuerzos por avanzar en concretarla no coinciden con la realidad a la que hoy se enfrenta la población civil en zonas rurales y urbanas de todo el país. A poco más de dos años del actual gobierno, con el cual se esperaba avanzar de manera significativa en materia de garantías y seguridad para quienes defienden derechos no es alentadora.
La guerra sigue presente e, incluso, mucho más fortalecida en casi todos los departamentos del país. Hay un claro deterioro en la situación humanitaria, se identifica un fortalecimiento de los grupos armados ilegales y, al cierre de este informe, la mayoría de procesos de diálogo político y de sometimiento se encuentran parados o estancados. No es un buen momento para la población, especialmente para las personas defensoras de derechos humanos y liderazgos sociales.
La violencia selectiva en su contra persiste, es una realidad que está lejos de desaparecer. Sin embargo, el primer semestre del año plantea un cambio en las dinámicas de las agresiones, marcado por la disminución en el número de hechos violentos confirmados en comparación con el mismo periodo del año 2023.
En todo caso, la violencia en contra de personas defensoras y liderazgos sociales sigue ocurriendo. 355 agresiones registradas durante el primer semestre del 2024 y, como parte de estas, 65 asesinatos, significan que muchas vidas siguen siendo afectadas de diferentes maneras por el hecho de defender los derechos humanos de sus comunidades. Detrás de lo que parecen ser números, realmente se encuentran vidas, muchas de ellas que ya no están porque la violencia se las arrebató a sus procesos, familias y comunidades, y muchas otras en un alto riesgo frente al fortalecimiento de los actores armados y la falta de estrategias efectivas por parte del Estado para dar garantías.
Por esta razón, queremos que los mensajes y análisis consignados en este informe lleguen a toda la sociedad pero, particularmente, al Gobierno Nacional, como un Telegrama de carácter urgente que se envía desde todos los rincones de Colombia con las voces de las personas que piden paz y respeto por la vida.