SISTEMA DE INFORMACIÓN SOBRE AGRESIONES CONTRA DEFENSORAS Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA SIADDHH
El 2013 fue un año de paradojas. Mientras el gobierno continuaba los diálogos de negociación con las FARC en la Habana, seguía en su discurso de reconocimiento a las víctimas del conflicto armado, de los avances en el proceso de restitución de tierras e impulsado a la sociedad en su conjunto para que acompañáramos los esfuerzos de construcción de la Paz y salir definitivamente de tantos años de desangre nacional; sus ministros hacían todo lo contrario: el Ministerio de Defensa incrementaba sus acciones bélicas en muchos territorios del país, fortalecía apuestas militaristas en la zonas de consolidación, reprimía a sangre y fuego las movilizaciones y protestas sociales y aumentaba el presupuesto militar que pasó de 23 billones de pesos en el 2013 a 26 billones en el 2014, y además presentaba iniciativas legislativas para fortificar la leyes coercitivas de derechos, como la ley de seguridad ciudadana.
Situación similar sucedió con Ministerios como el de Agricultura, el cual enfrentó una dura prueba con el Paro Agrario, y contrario a las peticiones de los sectores agropecuarios movilizados, que pretendían un Ministerio más comprometido con el campesinado, el presidente le entregó la cartera a un empresario de la palma y terrateniente consumado. Contextos análogos se vivieron en materia económicas con los TLC y la explotación de recursos mineros energéticos. En otras palabras, durante el 2013, el gobierno nacional evidenció su doble agenda del “garrote y la zanahoria”, como en una apuesta donde gana con cara y con sello.
Y en medio de ese panorama, se batió el trabajo de los y las defensores de derechos humanos y líderes sociales, especialmente en regiones altamente conflictivas, como Antioquia, Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Córdoba, entre otras, como lo demuestran las cifras del presente Informe Anual sobre agresiones a defensores y defensoras de DDHH.
Por ello, y como es costumbre, el Informe da cuenta de los niveles de agresión contra los y las activistas de los DDHH en Colombia durante todo el año, que se traducen en asesinatos, atentados, amenazas, desapariciones, detenciones arbitrarias y robo de información sensible. De los supuestos responsables de tales agresiones y de los sectores sociales más vulnerables y afectados por la violencia socio política. En esta oportunidad se tuvo como contexto determinante, las movilizaciones sociales, de campesinos y sectores agropecuarios, indígenas y organizaciones que se resisten a la destrucción de los territorios a partir de la política minero energética a gran escala; por ser éstos, indicadores de los ambientes adversos a los que se enfrentan los y las defensoras de derechos humanos en los diversos territorios del país.
Agradecemos a los referentes organizativos asociados a la plataforma Coordinación Colombia Europa Estados Unidos – CCEEU, al MOVICE y a otras organizaciones sociales de afrodescendientes, mujeres, indígenas, campesinos, jóvenes, culturales y sindicales, el apoyo con información oportuna para el seguimiento de agresiones cometidas contra defensores y defensoras; así como a la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia – OACNUDH.
Igualmente, nuestra gratificación a las agencias de cooperación que siguen acompañando la apuesta política de los defensores y defensoras de DDHH como MISEREOR, Diakonía Suecia, Oxfam, Amnistía Internacional, Terre des Hommes Basilea, Terre des Hommes Suisse y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, que con su confianza y respaldo, hacen posible el seguimiento desde el SIADDHH, el apoyo a defensores(as) amenazados(as) y acompañamiento en protección y autoprotección a sus organizaciones.